Camino es el título de la serie de sutiles dibujos que Eva de la Rimada, como si de un cuento de hadas se tratara, nos trae de otros mundos, sincero regalo que tenemos la oportunidad de disfrutar. ¡Hagámoslo!
Perceptibles, íntimos y visualmente limpios, unidos a esa continua sonrisa de felicidad que a cada instante, mientras realizábamos la entrevista, nuestra creadora nos regalaba, sus dibujos son para mí como un halo de optimismo y buena energía.
La iluminación de cada uno ellos, así como la escasa intensidad tonal utilizada, unida a su directo simbolismo en algunos dibujos, nos retrotrae a volver mentalmente a un tiempo pasado, donde su infancia se muestra congelada, esperando que ella misma se despierte y se ponga a caminar.
Como fotogramas de una antigua película en blanco y negro, que quedaron inmóviles en el tiempo, sus dibujos necesitan ese segundo más para poderlos vivir en presente.
Un mundo para ella son cada uno de ellos… oírla hablar de su trabajo ¡es un placer!
Son (a mi modo de entenderlas subjetivamente) como especies de narraciones visuales, que se descifran fácilmente al leer sus contundentes títulos: Mirándote, Levedad, La Eternidad, Alicia, Fin, Escondida, entre otros… reflejos de una posible narración mental al ir haciéndolos, poco a poco, desde su sentir más profundo.
Me atrajo su consideración al hecho de adentrarse en los detalles. Diminutos, táctiles, donde sus cabellos dibujados juegan casi siempre un mensaje de libertad y romanticismo. Me recuerdan a esas increíbles miniaturas de la historia donde sobresalen por su riqueza iconográfica de carácter fundamentalmente dibujístico, pero Eva es mucho más sencilla que todo eso, como letras dibujadas ella nos habla, nos cuenta mientras dibuja.
La dulzura en sus dibujos es una constante, tanto es así que se echa de menos una imprudencia, un error o detalle imperfecto. Dicen que nada es para siempre, pero la mirada captada en cada una de ellas, como la suave entonación análoga conseguida en sus “autorretratos”, desean ser eternos y quedarse en nuestro presente para siempre.
Si la perfección existiera en los dibujos de Eva de la Rimada sería mujer. Eso pensé al contemplar todos sus estudios delicados a lápices, donde la autora nos desvela íntimos recuerdos disfrazados de una infancia feliz, de jerséis de lana por medio, y recogidos de diseño, una delicadeza extrema que continuamente nos expresa en cada uno de sus dibujos. Espero que disfrutes de Camino, su magnífica propuesta artística que a continuación tenemos la suerte de poder disfrutar.
David Saborido
Comisario
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