E-arth es el nuevo proyecto de la fotógrafa Inés Gontad, con el que busca comprender y expresar, a través de su fotografía, la posible interacción del ser humano con la Naturaleza.
Cómo ella misma confiesa, con un cierto enfado y desilusión a través de una media sonrisa, nace del sentimiento de la pérdida de libertad en relación con el deterioro del mundo natural. La nostalgia del medio salvaje y la irrupción del ser en la Naturaleza son presentadas a través de la inversión jerárquica, donde la Naturaleza supera al ser, solo presente a través del plástico, o, lo que sería lo mismo, decir ¡que ya está bien! y que es hora de hacer algo por intentar revertir esta terrible situación.
Casi todos somos conscientes de la herida mortal que estamos produciendo día a día al planeta, y digo “casi todos” porque todavía existen personas que lo niegan y se hacen “los iluminados”, mientras seguimos destruyendo y consumiendo a destajo sin piedad la Vida.
Su razonable rabia y preocupación la expresa a través de bellísimas fotografías, sencillos encuentros de micro universos llenos de luz, donde por medio de infinitos matices pasteles, trozos de frutas, sencillas hojas y un simpático mosquito llamado Vicente, que, curiosamente, un día apareció inerte en su vida y ella decidió que se quedara para siempre, es inmortalizado en algunas de sus más bellas composiciones, expresándonos a través de él su natural talento compositivo y trato exquisito del color.
A su querido compañero de viaje lo podréis contemplar ocupando el lugar preciso, aquel que equilibra su obra como un elemento más, como símbolo de la importancia de buscar la ecuanimidad del Universo.
Nuestra fotógrafa intenta “con el mínimo el máximo” encontrar su propia armonía en la sociedad que le ha tocado vivir. Ella, sin esfuerzos, capta interesantes secuencias cercanas entre los restos de la Naturaleza que se va encontrando a su paso, donde el espacio vacío del fondo de la imagen, que a menudo es blanco, simboliza la luz, esa misma que necesitamos para salir de esta insostenible situación.
Observando con atención y pausa estas simbólicas imágenes, y siendo sabedor por ella misma, de todo el significado crítico que contienen, me pregunté a mí mismo lo siguiente: ¿y si alguien no supiera de su motivación y significado crítico? ¿qué vería en estas fotografías? ¿qué le expresarían cada una de ellas? En mi modesta y personal opinión, como receptor del arte, nada de lo que atentamente ella con tanta pasión me hizo ver. Afortunadamente su obra no necesita explicaciones, ni pdf de información, es más, creo que ya existen demasiados “textos explicativos”, paneles de aclaración, instruyéndonos del significado de las cosas, que la sensibilidad creativa del ser humano trae al mundo continuamente.
Su visión, así como su esencial belleza al observar y crear un universo equilibrado, no necesita motivación existencialista, porque ella concibe el orden natural de las cosas, de manera sencilla, ordenada y discreta.
Sus imágenes, resquicios diminutos como si fueran palabras, suenan... Sus piezas defienden el ritmo, el color y la más inteligente y difícil composición, la abstracción, que subyace en el interior de lo bello.
Así es de sencilla y natural su fotografía. Lejos de buscar lo complejo, encuentra la sutil belleza que trasmite sabiamente la Naturaleza… Paz, tranquilidad y sosiego.
David Saborido
Comisario
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