Sobre "el concepto creativo" en el momento de crear...
Mi pintura nace de la búsqueda personal por encontrar la luz que vivo en mi interior. Toda voluntad por pintar pasa por dar con ese encuentro interior. Al comienzo ignoro lo que puede ocurrir, pero poco a poco sin prisa, durante días y meses de búsqueda, sale a luz la obra. Esa luz que encuentro en mis obras para mí son silencios que necesito para estar en paz conmigo mismo. Es como una necesidad espiritual, creativa, intensa, sincera y auténtica por conseguir plasmar esos espacios llenos luz y de sombras. Es interesante para mí descubrir esa necesidad, (y no otras) ...partiendo, de la máxima perdida absoluta de consciencia, para llegar a la más contundente claridad interior. Desde el primer momento de la creación, voy encontrando sin saberlo estos aparentes “paisajes internos”, entre luces y sombras proyectadas, donde las zonas de sombra que voy construyendo y su fortaleza conceptual, me sumergen en un profundo estado de silencio, donde creo salir fortalecido y sanado. Por ello decido exponer mis obras al público, porque me gustaría aportar un poco de luz, claridad y silencio a sus vidas.
Sobre la técnica, creación y materiales utilizados
Mi pintura tiene al comienzo una base acrílica de preparación. Una vez preparada la tabla o el lienzo, utilizo bases de pintura al aceite con secantes, para conseguir distintos niveles de secados y contrastes a posterior. Es entonces cuando “me nace“ intervenir sobre la tabla, realizar surcos, líneas, para más tarde poder utilizarlo y sacarlos al exterior. Es sembrar para más tarde poder recoger. Esta primera parte es muy razonada y científica. A partir de entonces de manera intuitiva, casi de manera inconsciente voy encontrando el sólido capaz de la futura obra que habrá de salir.
Es a través de transparencias finas de pigmento colocados sutilmente sobre la superficie la que irá revelando el cuerpo de la luz, de la propia obra en sí misma.
A veces mi búsqueda y alegría por encontrar la luz, más bien lo produce a ver dado con los espacios incandescentes de infinitas tonalidades de matices de sombras, ya que sin éstas la luz no tendría sentido. Es así mismo como concibo mi vida.
Todas mis obras las voy creando desde el suelo de mi taller, el cual lo considero mi propia paleta de colores. Sobre él mezclo por medio de escobas y coladores de cocina, los distintos restos de pigmentos esparcidos por todo el piso, y con mucho cuidado, atención y miramiento como un arqueólogo desmenuza la tierra donde cree haber encontrado parte de su pasado, los distintos suelos van revelando, reconstruyendo a lo largo del tiempo, el mío propio.
Por ello los diferentes estudios que voy pisando a lo largo de todos estos años han hecho posible estas obras y adquieren mucho más valor recordar el cuerpo físico de cada uno de esos suelos vividos, espacio de creación…
Es un proceso complicado de explicar, ya que apenas utilizo los pinceles, sino cabezas de martillos usados con los cuales a base de golpes secos , cortos y continuos voy sacando la luz sobre mis piezas, al mismo tiempo que coladores viejos y escobas me sirven para mezclar los pigmentos que se encuentran esparcidos por todo el suelo, de restos de anteriores obras encontradas.
Es por ello, que considere la propia superficie del suelo como una paleta de pintor, ya que, sobre ella la cual piso continuamente, mezclo las distintas tonalidades de matices de pigmentos que voy necesitando, para luego por medio de mis viejos coladores cuidadosamente poder conseguir las esenciales tonalidades para dar con la obra.
Todo esto no es más que una manera personal de expresarme que he ido encontrando a través del tiempo, para mí sin mayor importancia ni trascendencia. Durante más de 10 años lo intenté con otros materiales y formas más tradicionales y no encontré nada esencial. Crear estas obras y entablar con ellas esta conversación por medio de la luz, me alienta a seguir pintando, expresándome, a pesar de toda su dificultad.
Deseo que esta colección de obras que con tanto mimo hemos seleccionado para la mágica sala Rivadavia de Cádiz, te roce por dentro y de alguna manera ilumine tu interior.
Una vez traídas al mundo, compartirlas es algo, que a día de hoy le da sentido a mi vida, por ello te invito a observarlas de manera pausada, sin prisas, ni agobios, en silencio…todo lo que he podido sentir a través de ellas al crearlas, así como la obra en sí misma las comparto contigo para siempre.
David Saborido
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