NOCHE DE LUZ es la exposición de belenes internacionales más importante de cuantas se hayan celebrado en España hasta la fecha. Constituida por cerca de 300 grupos y más de tres mil quinientas figuras, ha sido posible gracias al acuerdo entre la Diputación de Cádiz, la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y la Colección Basanta Martín.
Abierta al público entre los días 2 de diciembre de 2016 y 15 de enero de 2017 en el Palacio Provincial, sede de la Diputación de Cádiz, NOCHE DE LUZ ofrece la posibilidad de descubrir y admirar el modo en que diversos artistas y artesanos recogen el motivo del belén a través de piezas verdaderamente singulares por su valor artístico así como por las características especiales que las definen, expresión todas ellas de las diversas culturas de las que proceden y de un universo casi infinito de estilos, escuelas, técnicas y materiales.
El belén es siempre vínculo con la dimensión religiosa, pero al mismo tiempo enlaza con toda una anterior tradición mitológica y legendaria, con ciclos literarios y narrativos existentes desde hace milenios y con aspectos antropológicos, sociológicos e históricos que hacen de los belenes testimonios de las sociedades que los originaron, de sus costumbres y de su tipismo.
NOCHE DE LUZ permite un acercamiento sustancial a todo ello, con lo que supone de experiencia educativa y cultural al servicio de todos los ciudadanos que deseen acercarse a compartirla.
LA COLECCIÓN BASANTA–MARTÍN
Está compuesta por más de 25.000 figuras procedentes de 143 países del mundo. Cada año se producen nuevas incorporaciones a la colección, fruto de la búsqueda incesante por parte de sus compiladores lo que permite que la colección esté en permanente y viva construcción.
Iniciada en el año 1977, las características que mejor definen la COLECCIÒN BASANTA-MARTÍN son, además de la amplitud geográfica que recoge, la singularidad excepcional y el valor artístico de muchas de las piezas que la integran, a lo que habría que sumar el hecho de que la mayor parte de los grupos y figuras procedan de artistas, artesanos y talleres en plena actividad.
Es deseo de sus propietarios que la COLECCIÓN pueda ser disfrutada por el mayor número de personas, de ahí que, a partir del año 2000, la COLECCIÒN se haya mostrado en una larga y exitosa secuencia de exposiciones que, como NOCHE DE LUZ, se han podido visitar, como ahora se podrá hacer en Cádiz, en distintas ciudades españolas y portuguesas.
EL ORIGEN DEL BELÉN
La celebración de la fiesta de la Natividad –palabra de cuya raíz latina proviene el término Navidad – tuvo un desarrollo tardío en el primitivo calendario litúrgico cristiano. No sería hasta el siglo IV cuando empezara a festejarse en torno a las supuestas reliquias de la cuna original de Jesús depositadas en la basílica de Santa María la Mayor de Roma.
El canto y las representaciones escénicas constituían la base de aquellas primitivas celebraciones, y así seguiría siendo durante siglos, como lo prueba el hecho de que la primera pieza de teatro medieval español que conservemos sea precisamente el Auto de los Reyes Magos.
El impulso definitivo al belén lo aporta Francisco de Asís, fundador de la orden que lleva su nombre, quien al regreso de su visita a Tierra Santa, en 1222, solicita permiso para celebrar lo que hoy llamaríamos un belén viviente.
A partir de la Nochebuena del año siguiente, los franciscanos, y poco más tarde las clarisas, adoptan la costumbre de celebrar la Navidad en torno a figuras que representen a Jesús, a las que rodean primero de las de sus padres para, con el paso del tiempo, ir incorporando otros personajes. Pronto el rito trasciende el ámbito conventual, se propaga por otras tantas iglesias, palacios y hogares y el arte del belén toma forma definitiva hasta llegar a nuestros días.
EL BELÉN MÁN ANTIGUO DE EUROPA
Apenas cincuenta años después de que San Francisco de Asís celebrara su particular belén, ya se esculpió, el año 1281, el primer belén en figuras de bulto redondo, a cargo del escultor Arnolfo di Cambio, belén que aún hoy podemos contemplar.
Formado en la escuela de Nicolás Pisano, di Cambio se traslada a Roma en 1276, donde también ejerce como arquitecto. Es en una de sus obras más celebradas --el Monumento dedicado al Papa Bonifacio VIII-- donde di Cambio esculpe ocho estatuillas que representan a Jesús, María y José, los tres Reyes Magos y la mula y el buey que acompañaron a la Sagrada Familia en la noche de la Natividad. Este conjunto belenístico alcanzó una gran popularidad y tiene la particularidad de que las figuras sólo están trabajadas en su parte frontal y lateral, en tanto la zona trasera presenta la piedra sin más, sin duda porque estaban pensadas para ser adosadas a una pared.
EL BELÉN MÁS ANTIGUO DE ESPAÑA
En la capilla de la iglesia del Hospital Provincial de Palma de Mallorca se encuentra el belén más antiguo de España. Es el conocido popularmente como 'Belén de Jesús'. Las figuras que lo integran son una Virgen y un San José, de hinojos, tallados en madera, con tamaños cercanos al metro y medio de alto, a quienes acompañan seis bellísimos ángeles de menor escala. El Niño aparece cobijado bajo un conopeo. Por encima de la cueva se divisan tres pastores.
Las figuras principales del belén son obra de los hermanos Alamanno, famosos escultores que residían en Nápoles, y están fechadas en torno a 1480 ó 1481.
Noche de Luz: el belén en el mundo
África sigue siendo el gran continente olvidado y la víctima de una política colonizadora que ha originado multitud de conflictos aún no definitivamente resueltos. Algo que permanentemente se refleja en el continente africano es la presencia continuada del belén en su arte y artesanía, con unos modelos genuinos caracterizados por la sencillez, la sobriedad y la elegancia y de formas simples y estilizadas.
La arcilla, el metal, las fibras vegetales, el marfil… dan el soporte material a grupos y figuras, y, por encima de todos ellos, la madera, utilizada también en la creación de los belenes teniendo en cuenta su propia denominación: la madera de palo de sangre (sangue vara) del tríptico de Guinea Bissau, la de la serenidad (safá) de las tres figuras mauritanas, o la madera del asombro (khushub lamal) de la Sagrada Familia de Togo.
Al impulso fundamental de Portugal y España y de su estela de navegantes y descubridores, los belenes se hicieron presentes en ambos continentes desde el siglo XVI, y su presencia continúa en la actualidad en muchos de los países del área, de los que NOCHE DE LUZ ofrece una selección.
Los belenes asiáticos se caracterizan fundamentalmente por la espiritualidad y por un asombroso dominio de las técnicas artísticas. La contemplación de los mismos constituye siempre una experiencia de meditación y de sensibilidad, que se manifiesta tanto en la candidez del ‘Descanso en la Huida’ del malayo Wayan Kandiyasa como en el sorprendente Belén Pengantin del balinés Wayan Rendah o en los coloristas muñecos de Bangkok y en el entrañable Belén Kokeshi japonés…
Procedente del más sagrado de los árboles australianos , el sasafrás o pauame, surge el delicado belén que , desde Camberra, torneó Adrian Hunt y pintó, con ingenuidad casi naif, su esposa, Jilli Roberts.
A partir de 1492, desde Europa llegan a la América recién descubierta los patrones belenísticos. Según las crónicas de Indias, el primer belén que llegó al nuevo continente lo hizo de manos de un marinero andaluz que portaba unas pequeñas figuras representativas del Misterio y elaboradas probablemente en cualquiera de los muchos alfares trianeros.
En el Nuevo Mundo el belén va a multiplicar de forma casi interminable y se descubren nuevos lenguajes artísticos procedentes del sincretismo entre los venidos del Renacimiento y Barroco español y portugués y los propios de las antiguas y grandes civilizaciones del continente, en especial de los incas, mayas y aztecas. Los materiales se diversifican con la riqueza y la novedad que ofrecen los territorios recién descubiertos y las temáticas se multiplican de forma incesante.
En NOCHE DE LUZ podremos contemplar el sorprendente y magnífico belén inuit, la bellísima artesanía de los Indios Pueblo, la imaginación, la destreza y el color de belenes de Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Haití, Guatemala, y sobre todo las recreaciones artísticas de las dos naciones iberoamericanas que con mayor profusión han incorporado el arte belenista: Perú y México, antiguos Virreinatos de Indias que nos siguen asombrando con cada una de sus creaciones.
En todos estos belenes, el visitante podrá contemplar no son sólo la manifestación de la creencia religiosa que los fundamenta sino todo un acervo valiosísimo de contenidos etnográficos, históricos, sociológicos y antropológicos de los pueblos que los han creado.
Si hay un continente al que el arte belenista le debe su origen y expansión, ése es Europa, y no hay en todo el territorio europeo nación o país que no mantenga la práctica del belén.
El arco mediterráneo tiene a la arcilla y al barro como su material preferencial; la madera es propia de la Europa central y del este, y en la Europa nórdica y occidental, donde también la madera es elemento muy común, el sincretismo cultural se hace sorprendentemente presente, como en ese belén danés donde las figuras del Misterio y de los pastores se mudan en pequeños gnomos, seres habitantes de lo más profundo de la Tierra, curiosamente como en la primitiva iconografía cristiana, donde el nacimiento de Jesús, siguiendo la tradición, era también representado en el interior de una gruta subterránea de la que la Sagrada Familia no saldría sino al tercer día del alumbramiento.
NOCHE DE LUZ: TRES PAÍSES FUNDAMENTALES EN EL ARTE DEL BELÉN
De las tres naciones principales en el impulso y extensión del belenismo, Italia se alza con el título de pionera y adelantada.
Al belén ya mencionado de Santa María la Mayor, obra del escultor Arnolfo di Cambio, pronto se suma el conservado en la Iglesia de San Esteban de Bolonia, ciudad en la que ya desde los primeros años del siglo XVIII se celebra una feria de venta de figuras para el belèn, que aún hoy sigue viva.
La terracota, la cartapesta, la madera, el yeso… son materiales comunes en la amplia variedad de belenes italianos, presentes en todas las regiones de la península.
Pero sin duda alguna los dos belenes italianos de renombre universal son el siciliano –del que NOCHE DE LUZ presenta la maravillosa creación de la palermitana Ángela Tripi – y el napolitano. De este último ofrecemos una mínima muestra, con la ilusión de poder mostrar en Cádiz en exposiciones venideras el gran belén napolitano de la colección Basanta–Martín.
Actualmente, Portugal sigue siendo un centro de producción belenístico de primera categoría con epicentro en dos ciudades principalmente: Barcelos y Estemoz.
En Barcelos, la tradición de los barristas portugueses está plenamente vigente como muestra su magnífico Museo de Olería. Multitud de artesanos ceramistas se dan cita en las freigresías de Manhente, Galegos S. Martinho, Galegos Sta. Maria, Oliveira, Roriz, Lama, Ucha y Areias S. Vicente.
En Estremoz se han recuperado dos de los belenes portugueses más tradicionales: el belén de gradas, o de altar, también popular en la España de finales del siglo XIX y principios del XX; y el belén de los bonecos –muñecos en español -, labor que realizaban preferentemente las mujeres, llamadas por ello boniqueiras.
Nacimiento, pesebre, portal, belén… Con todos estos términos nos referimos en España a una manifestación artística que nos ha acompañado desde hace siglos y que ha tenido tanto su vertiente palaciega o eclesial como la más popular de esos “belenes de cacharrería” que tan frecuentes eran y son en las ferias navideñas.
Desde el arco mediterráneo que se abre desde Cataluña –con Ramón Amadeu como figura principal– a Murcia –donde Francisco Salzillo creó su maravilloso belén–, la costumbre fue penetrando en el resto del territorio con especial pujanza en las tierras andaluzas, de tan acendrada tradición imaginera y en la que destaca, con luz propia, la obra barroca de Luisa Roldán, La Roldana, y en la primera mitad del siglo XIX, la del granadino Antonio Jiménez Rada.
De entre todas las provincias andaluzas, Cádiz es la tierra belenista por antonomasia. Lo prueban los numerosos y magníficos escultores gaditanos que dedican su obra al belenismo, la arraigada costumbre de montar el belén en multitud de hogares y la labor que desempeñan en su fomento las Asociaciones Belenistas, de las cuales Cádiz es la provincia española con mayor número de ellas: Algeciras, Arcos de la Frontera –con su precioso Museo–, Chiclana de la Frontera , Cádiz, Chipiona, Jerez de la Frontera --su Museo del Belén es el mejor de España–, La Línea de la Concepción, Puerto Real, El Puerto de Santa María, Prado del Rey, Rota, Sanlúcar de Barrameda, Tarifa… Un dinamismo que desborda los límites de la tierra gaditana para extenderse fértilmente por toda Andalucía.
NOCHE DE LUZ quiere rendir tributo al belenismo andaluz y gaditano, exhibiendo una selección de las deliciosas figuras populares del taller Sucesores de Angel Martínez, de El Puerto de Santa María, una bellísima pieza del gaditano Pedro Ramírez Pazos, cedida amablemente por su propietario, don Enrique Haro, y otra, igualmente hermosa, del escultor sevillano Manuel Sánchez Raposo.
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