Desde hace más de cuarenta y cinco años, el Consejo Internacional de los Museos, ICOM, celebra el Día Internacional de los Museos en torno a una temática anual.
Para este 18 de mayo, el lema es Museos, Sostenibilidad y Bienestar, destacando la contribución de estos equipamientos en la preservación de los recursos ambientales y su impacto en el bienestar de las personas y sus comunidades. En la Dehesa de Montenmedio, en un entorno natural del paisaje mediterráneo, entre la Marisma de Barbate y el Parque Natural de la Breña, se encuentra uno de los espacios artísticos más singulares de Europa.
En abril de 2022 el ICOM acuñó una definición nueva de museo por la que se entiende a este espacio, además de como un centro para la conservación, divulgación e investigación del patrimonio, como un espacio participativo para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos. ¿La Fundación Montenmedio podría encajarse en esta nueva definición de museo?
Sí, absolutamente. Mirad, la Fundación tiene como un objetivo fundamental el acercamiento de los nuevos lenguajes del arte contemporáneo y para ello desde 2004 tenemos un departamento de mediación cultural en continua transformación para que la comunicación del arte sea lo más efectiva posible. Queremos que el visitante participe en su conocimiento y para ello el museo no puede ser un mero contenedor de arte sino que debe relacionarse con las personas de todas las edades.
¿En qué ha repercutido la creación de este espacio para la sostenibilidad del entorno?
La existencia del museo permite la conservación de un espacio que no está específicamente protegido pero que se encuentra en la prolongación de dos parques naturales. Ocupamos un espacio de 30 hectáreas de bosque mediterráneo y el concepto de la Fundación es el de dialogar desde el respecto y la preservación del medio ambiente, mostrando una nueva visión de la interacción del hombre más en armonía con el entorno natural. Ofrecemos al visitante actividades para dar a conocer la obra de arte y su convivencia con el medio natural, ya que para los artistas su trabajo es concebido siempre teniendo en cuenta la naturaleza.
Dialogar con el arte en un entorno cambiante es una experiencia que cala en el bienestar del visitante.
¿En qué medida la experiencia del visitante ha influido en la relación del arte con el espacio? ¿Ha generado nuevas lecturas e interpretaciones? ¿Os habéis planteado la reubicación de algunas obras de arte?
Hacemos un estudio constante del visitante para que el resultado final de todos los esfuerzos esté en la percepción que se lleva tras esta experiencia. De hecho, todos los departamentos, desde la curatoría hasta el de didáctica, tienen en cuenta este dialogo a tres entre la obra de arte, la naturaleza y el visitante.Tuvimos que replantearnos la ubicación de la obra de Susana Solano ya que el visitante tenía problemas para localizarla.
El bienestar, entendido como una mejora de las condiciones de vida y sus percepciones, resultaría incompleto a nivel social si desatendemos la experiencia de las personas que viven alguna discapacidad, ¿contáis con medida especificas para adaptar el museo en estos casos?
En el nuevo proyecto museológico estamos teniendo muy en cuenta estas necesidades. Sobre todo nos preocupa cómo paliar aquellas barreras propias de la naturaleza que no podemos cambiar sustancialmente debido al espacio en el que nos encontramos, propio de la naturaleza, pero que intentamos mitigar de alguna manera para que la visita sea accesible para todos. Realizamos actividades adaptadas a escolares con necesidades especiales, utilizamos carritos de golf para personas con movilidad reducida, permitimos que puedan tocarse las obras de arte, etc.
Para terminar, ¿Cómo creéis que influye en el bienestar de las personas una visita a la Fundación Montenmedio?
Por un lado la persona entra en contacto con una colección de arte contemporáneo importantísima que difícilmente se encontrará en un espacio natural como éste. Creo que dialogar con el arte en un entorno cambiante es una experiencia que cala en el bienestar del visitante. El simple paseo por el bosque, el avistamiento de aves, el compartir entorno con la fauna mediterránea en un paisaje cambiante según sea invierno, verano o primavera es para cualquier persona un beneficio para su salud física y emocional, y si además de esta belleza tenemos la oportunidad de conectar con la creatividad humana, creo que nos sentiremos mucho mejor y merecerá la pena.
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