En una sociedad tan globalizada y cada vez más digitalizada como la actual, ¿cuál cree que es el papel de las bibliotecas a día de hoy?, ¿y en un futuro cercano?
Que una sociedad esté digitalizada y en concreto en España seamos uno de los países más avanzados en cuanto a despliegue de redes de banda ancha, como reflejaba el informe “Sociedad Digital en España” que cada año elabora la Fundación Telefónica, no significa que sepamos utilizar esa tecnología. Afirmar que por tener una gran infraestructura tecnológica los ciudadanos están capacitados digitalmente es un gran error. Como señala mi compañera Felicidad Campal, con la que estoy elaborando un informe sobre competencias mediáticas e informacionales desde las bibliotecas con una perspectiva de aprendizaje basado en juego, es igual o más necesario que tener competencia digital que las personas poseamos las competencias para seleccionar la información que esos códigos aportan, analizarla y transformarla en conocimiento. Y si hay alguien que sepa sobre ello son los profesionales de la información en bibliotecas y archivos. Esa parte de su trabajo se hará cada vez más primordial en un futuro donde hacer un uso ético de la información se debe poner en valor.
Su trabajo gira, entre otras cuestiones, en torno a la gamificación en bibliotecas, ¿es importante llevar el juego al espacio físico de la biblioteca?, ¿por qué y para qué?
Mi trabajo se centra en un concepto más amplio, el del pensamiento lúdico, que engloba a la gamificación, al aprendizaje basado en juego y en el diseño de todas aquellas experiencias que tienen el juego como hilo conductor. El juego por sí mismo ya es una gran herramienta para solucionar algunos de los problemas a los que se enfrentan los profesionales de las bibliotecas, como por ejemplo el de la inclusión o el de crear espacios de conversación entre las personas. No es tanto el uso del juego porque sí, sino como una opción más para alcanzar objetivos. Por supuesto, también como parte de la colección en el caso de los juegos de mesa y videojuegos, estos últimos parte de la industria cultural desde 2009.
¿Hay experiencias sobre gamificación en bibliotecas que demuestren su impacto en su funcionamiento habitual?
Las que existen se centran en el fomento de la lectura. La gamificación ha permitido mejorar los retos lectores que ya se hacían en las bibliotecas y por tanto su impacto. Pero lo que está claro es que por donde se debe empezar es por pequeñas experiencias basadas en juego a corto plazo antes de adentrarse en un proyecto gamificado, que requeriría la ayuda de especialistas y, por tanto, recursos económicos.
Lo que sí hay son experiencias de Aprendizaje Basado en Juego (ABJ), diseñadas con objetivos de aprendizaje concretos y donde el juego en sí mismo es parte fundamental.
Que una sociedad esté digitalizada y en concreto en España seamos uno de los países más avanzados en cuanto a despliegue de redes de banda ancha, como reflejaba el informe “Sociedad Digital en España” que cada año elabora la Fundación Telefónica, no significa que sepamos utilizar esa tecnología
Cuando pensamos en gamificación y juegos solemos pensar en público infantil, ¿estamos equivocados?, ¿existen experiencias de gamificación en bibliotecas para público adulto?, ¿tenemos que sacar al niño/a que llevamos dentro para participar en estas actividades?
Hasta ahora todo lo que he comentado lo he hecho pensando en público adulto. Efectivamente, se tiende a pensar en los juegos como algo para el público infantil, que es como se ha venido haciendo hasta ahora. Me niego a reducir los juegos a esa sección y reivindico los juegos en la sección de adultos, que por otra parte son los que más necesitan la motivación para participar. También me gustaría puntualizar que los proyectos gamificados para niños que conozco se quedan muy en la superficie de lo que debería ser un buen proyecto gamificado, ya que se centran en recompensas meramente extrínsecas que no generan compromiso a largo plazo ni aportan un valor añadido.
Por último, ¿cree que es importante que se celebren encuentros de este tipo?, ¿cree que deberían de abrirse a un público más general o está bien que se mantenga en un entorno profesional de personal de bibliotecas?, ¿cuál cree que puede ser el fruto de este tipo de eventos?
Por mi parte, creo en la interdisciplinariedad como la mejor forma para avanzar y cambiar la imagen de la biblioteca, permitiendo que otros profesionales formen parte del proceso de transformación. Por tanto, no solo pienso que estos eventos deberían abrirse a otros profesionales interesados, sino que creo imprescindible que las bibliotecarias y bibliotecarios pudieran asistir a otros encuentros en los que puede que se estén planteando los mismos retos. La semana pasada asistí como colaboradora a Laboratorios Bibliotecarios y ha sido un claro ejemplo de un espacio de aprendizaje en comunidad.
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